El día que los guionistas tomaron las calles
El 23 de Julio de 2043 los guionistas se alzaron en armas contra el mundo de lo audiovisual. Cansados de ser exprimidos creativamente, terminaron sus cafés, apagaron sus portátiles y se armaron con sus bolígrafos. Durante tres semanas, el mundo pudo aguantar sin su trabajo. Podían ver capítulos y películas sin sufrir las consecuencias, sin pensar que en un momento determinado, eso podía acabar. Y así fue. Millones de personas se vieron ante la situación de que no encontraban nada nuevo, todo lo que encontraban era una copia de algo que ya habían visto.
Pidieron ayuda a los directores de cine, ya que todo el mundo sabía que ellos creaban la película. Pero ninguno les pudo ayudar, no sabían que hacer. El mundo estaba extrañado: ¿Cómo ni iban a saber que hacer, si eran dueños de las películas, dueños de la historia, dueños de ese mundo que había creado otra persona? ¡Pero si su nombre sale dos veces en los créditos, habrese visto!
Mientras el mundo estaba sumergido en este caos, los guionistas fueron ante cualquier productor que se encontraran para escribirles loglines en sus frentes. Escribían historias sorprendentes acerca de mundos increíbles, tramas que hacían reir y llorar, personajes que nos harían sentir no solo identificados, también vivos... Pero ninguno de los productores pudo leer esas historias. Todos tenían miedo de que si le preguntaban a otro productor lo que tenía escrito en sus caras, se lo acabarían robando.